Con la llegada del verano, Punta del Este vuelve a desplegar todo su magnetismo y sofisticación, dando inicio a una nueva temporada de cruceros que consolida al balneario como uno de los puertos más distinguidos del Atlántico Sur. Cada arribo se integra al paisaje icónico de la bahía, sumando movimiento, visitantes internacionales y un clima cosmopolita que define la identidad del destino durante los meses estivales.
Aunque la dinámica del mercado regional presenta desafíos, Punta del Este continúa siendo una escala altamente valorada por las principales navieras, no solo por su ubicación estratégica sino, sobre todo, por la calidad de su propuesta turística: playas únicas, gastronomía de alto nivel, servicios personalizados y una oferta de experiencias pensadas para un público exigente.
El inicio oficial de la temporada fue celebrado en un entorno que refleja este espíritu, el Parador Escuela de Alta Gastronomía “Pedro Figari”, en un encuentro que reunió a autoridades nacionales, departamentales y referentes del sector turístico y portuario. Allí se destacó el impacto positivo que la actividad de cruceros genera en la economía local y en la proyección internacional del destino.
Desde la Intendencia de Maldonado, se subrayó la importancia de continuar posicionando a Punta del Este como un destino profesional, confiable y competitivo, capaz de sostener altos estándares de calidad más allá de las variables externas. La llegada de visitantes por vía marítima no solo refuerza la temporada de verano, sino que potencia el consumo en gastronomía, transporte, comercio y servicios turísticos especializados.
A nivel nacional, las autoridades coincidieron en que el contexto regional influye en la operativa de los cruceros, pero remarcaron que Punta del Este mantiene un diferencial claro: una identidad consolidada, reconocida internacionalmente y asociada al lujo, la seguridad y la experiencia premium. En este marco, se continúan evaluando mejoras en infraestructura y logística portuaria, con el objetivo de optimizar la experiencia del visitante desde su primer contacto con el destino.
Cada arribo transforma la bahía en una postal viva del verano esteño. Miles de pasajeros desembarcan para recorrer la ciudad, disfrutar de paseos exclusivos, excursiones personalizadas, tours urbanos, experiencias náuticas y traslados diseñados para maximizar su tiempo y su vínculo con el lugar. Esta dinámica genera un importante movimiento laboral y refuerza el carácter vibrante y sofisticado que distingue a Punta del Este en la temporada alta.
La temporada de cruceros se integra así a una propuesta más amplia que define al balneario: un destino que combina naturaleza, elegancia y servicios de excelencia, y que cada verano renueva su promesa de ser sinónimo de exclusividad, estilo y experiencias memorables.





